-¿Papá juegas conmigo?
-¿A qué pequeño?– pregunté aún sabiendo que la respuesta se extendía por todo el piso ante mí.
Un pequeño ejercito estaba acomodado en todo el piso. Había soldaditos verdes, cafés, beige, uno que otro indio, algún vaquero y un solo guerrero de armadura y maza .
-¿me ayudas a hacer una cárcel?-me dijo.
-mejor hacemos un cuartel general…
Le dije que a un lado de los escalones era un lugar perfecto para hacer un cuartel general. Poco a poco, con palitos y plastilina, creamos un pequeño techo. No aguantó mucho y se derrumbó.
-vamos a buscar horquetas-le dije
-¿horquetas?¿qué son horquetas?
-Son unos palitos en forma de Y griega.
Así que me puse a buscar en el patio algún palito que tuviera forma de horqueta.
-¿ves?
-¡ah, ya entiendo!
Puse los palitos pero no aguantaron mucho, sobretodo debido a un King-Kong en pañales rondaba cerca. Me puse a buscar unas más grandes y pensé que era mejor enterrarlas en la tierra. Como la tierra no se veía tuve que quitar el zacate que crecía en esa parte, así que saque el machete y lo recorté un poco, le quité las piedritas y me dispuse a construir el cuartel general. Enterré las famosas horquetas en el piso y le enseñe como las horquetas podían soportar un techo.
Recordé que cuando era pequeño mi Papá me enseño a construir una trampa para aves pequeñas con puros palitos. Mi hijo tendría 4 años cuando mi primer intento de mostrarle como funcionaba la trampa que mi padre me enseño fracasó. Vengo cayendo en la cuenta que tal ves era demasiado pequeño. Tal vez sea hora de mostrarle de nuevo pensaba.
Así que entre los dos, de ramita y ramita quedó el cuartel general, también un pequeño puesto de vigilancia hecho con plastilina y palitos de paleta. Cuando todo hubo terminado lo llenamos con soldaditos.
-Listo ¿y ahora qué?-le pregunté
-ahora vamos a jugar a las batallas.
-¿cómo les disparo?
-con piedras.
Así que agarramos a pedradas todo pero la batalla no pudo durar muchos minutos. Todo quedó destruido.
Je,je,je…pasamos un buen rato 🙂